“Un proyecto de cocina pensado para vivirlo”

Cada proyecto nace de una forma distinta de habitar. En este caso, el objetivo era claro: diseñar una cocina con una fuerte presencia estética, pero que no se impusiera al uso cotidiano del espacio. Una cocina abierta al resto de la vivienda, funcional, robusta y cómoda, con materiales que aporten calidez y carácter.

Proyecto realizado por Agenc Concept con Método, que ha permitido dar forma a una cocina adaptada al espacio disponible y al ritmo de vida de quienes la van a usar. El resultado es una cocina con una distribución clara, materiales coherentes y una ambientación cálida, que dialoga con el resto de la casa y contribuye a generar sensación de hogar. Un espacio que responde a las necesidades reales del día a día, sin renunciar al diseño ni a los detalles.

Más allá de las modas, esta cocina destaca por una identidad propia. Tiene un punto sobrio y otro muy acogedor. Es de esas cocinas que no buscan llamar la atención, pero que acaban siendo uno de los espacios favoritos de la casa.

Una cocina adaptada al espacio disponible y al ritmo de vida de quienes la van a usar. El resultado es una cocina con una distribución clara, materiales coherentes y una ambientación cálida, que dialoga con el resto de la casa y contribuye a generar sensación de hogar.

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Distribución abierta con isla multifunción

El eje central del diseño es una gran isla que articula el espacio, generando una transición natural entre la cocina y la zona de comedor o estar. La isla no solo aporta superficie extra para cocinar o preparar, sino que también funciona como barra con taburetes, pensada para comidas rápidas, charlas informales o momentos compartidos en el día a día.

La base en negro contrasta con la encimera de madera, creando un juego de volúmenes sencillo pero eficaz.

Materiales que transmiten calidez y equilibrio visual

Los materiales elegidos refuerzan esa sensación de comodidad. La combinación de madera natural en tono cálido con superficies en negro mate genera un equilibrio muy actual. La madera aporta textura, cercanía y calidez. El negro suma sobriedad y profundidad sin oscurecer el ambiente gracias a la buena iluminación general y puntual.

El suelo porcelánico en tono claro ayuda a equilibrar el conjunto, mientras que el techo con vigas vistas da personalidad al espacio y lo conecta con el resto de la arquitectura interior.

Soluciones funcionales bien pensadas.

El mobiliario ha sido diseñado a medida para adaptarse a la geometría del espacio. La distribución en L permite tener zonas diferenciadas para cocinar, limpiar y almacenar, facilitando el uso diario.

La iluminación LED lineal bajo los muebles altos aporta una luz funcional y puntual sobre la superficie de trabajo, además de reforzar la estética limpia y moderna del conjunto. Por su parte, los tiradores integrados en negro aportan continuidad visual y un toque industrial.

Una cocina vivida, práctica y bien resuelta. En definitiva, este proyecto demuestra que una cocina puede ser bonita, cálida y práctica al mismo tiempo. Sin buscar un impacto visual extremo, esta propuesta se apoya en decisiones inteligentes y materiales bien combinados para crear un ambiente acogedor, funcional y con mucha personalidad.